Edson Álvarez es el elegido. Por lo menos así lo ven cientos de mexicanos que lo aclaman con solo oír su nombre.
El jugador del West Ham United inglés no sólo está al alza entre la afición del Tri sino también en el balompié mundial, pues está en la mira del Manchester United para la temporada 2024-2025.
Con 26 años el jugador a quien apodan ‘el Machín’, es el líder del relevo generacional de la selección de México que comandada por Jaime Lozano en el banquillo y con él como capitán quiere dar un golpe en la Copa América.
El sábado el rival a vencer en Houston será Jamaica, semifinalista de la Liga de Naciones de la Concacaf. Su prueba de fuego en el debut en el Grupo B, en el que también están Ecuador, quinta de las eliminatorias sudamericanas, y Venezuela, cuarta en la misma clasificación.
Para Álvarez esta será su primera Copa América. E insiste en que México debe tener los pies sobre la tierra y afrontar cada partido con mucha humildad. Quizá lo dice porque su camino en el fútbol no ha sido sencillo. Sufrió por ser bajito y hoy, por su fútbol y con 1,90 de estatura, es apetecido por muchos clubes.
Pasó del Ajax neerlandés al West Ham por 42 millones de dólares, la segunda transacción más cara en la historia para un jugador mexicano.
Pero en el fútbol no ha sido todo color de rosa. Con 14 años el Pachuca le dijo no por su baja estatura y el mundo se le derrumbó. “Ese era el sueño de toda la familia y cuando me corren (echan) dije que no iba a jugar más, terminé muy decepcionado”, recordó Álvarez.
Sin embargo, se levantó de ese golpe por las palabras de su mamá Adriana y de su padre Evaristo, sus dos mayores motivaciones. Dos años después, ya con 16 y unos centímetros más, el América lo aceptó y se convirtió en el estandarte de ese equipo que dirigía el argentino Ricardo La Volpe.
Para crecer, Álvarez tenía fuego en el corazón y entrenaba en el gimnasio entre tres y cuatro horas diarias. Tampoco se desmotivaba al ver que sus finanzas disminuían al gastar más del 70 por ciento de su sueldo en transporte para ir de su casa en Tlalnepantla al club América.
“En Metro demoro hasta una hora y 20 minutos. Sigo viajando en el tren, pero a veces siento que es peligroso. Más adelante que se mejoren las cosas podré comprarme un carro. Todo es paso a paso, lo importante es no agrandarnos”, aseguró Edson cuando empezaba como profesional.
Todo su esfuerzo valió la pena.
Debutó con el Tri en febrero de 2017 y es un habitual de las convocatorias. A sus 26 años, ‘el Machín’ acumula 79 partidos con México, tiene 5 goles con la selección y dos mundiales a cuestas.
Álvarez es la solución para cualquier entrenador ya que se desempeña muy bien como mediocampista, lateral y central por derecha. Es un jugador polifuncional que cumple a cabalidad con lo suyo y al que siempre le sobra pundonor para ayudar a los demás.
De ahí viene lo de ‘Machín’, de su carácter y valentía. Apodo que le pusieron en su ciudad natal cuando no temía a enfrentar a niños de mayor edad y complexión física y un mote ratificado en las fuerzas básicas del América cuando competía de tú a tú con adultos.
Edson hoy vive su sueño como futbolista profesional e hizo realidad los de su familia, pues su padre y su hermano jugaron en Tercera y Segunda División.
Desde el sábado ante Jamaica tratará de cumplir los de los hinchas mexicanos que sueñan con ver al Tri victorioso en esta Copa América de Estados Unidos.