Redacción
El pasado 10 de mayo, México vivió un hecho histórico al poder tener en su territorio la presencia de auroras boreales, las cuales fueron visibles principalmente en el norte del país y que pudieron apreciarse durante casi dos días seguidos.
A diferencia de las que suelen verse en los polos, cuyo tono predilecto suele ser verde, las que aparecieron en territorio mexicano fueron principalmente de tonos morados y rosas y fueron causadas por la acción de las conocidas tormentas solares.
El fenómeno, que no era visible en el país desde hace más de 165 años, fue provocado por una fuerte e inusual actividad solar que, de acuerdo con especialistas, suele registrarse en promedio cada 11 años.
Si bien estas tormentas no están relacionadas con el fuerte calor que se siente en el país sí pueden tener otros efectos, principalmente afectar las telecomunicaciones.
Sin embargo, el Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México, informó que la tormenta solar que dio origen a las auroras boreales se encuentra ya en “fase de recuperación”, lo que significa que su actividad, ubicada en la región AR3664, ha comenzado a disminuir.
“Los índices geomagnéticos regionales de México (kmex) indican valores no perturbados desde hace más de 9 horas, por lo que podemos considerar que el evento de la tormenta geomagnética severa ha concluido”, informó en comunicado el Servicio de Clima Espacial de México (SCIESMEX).
Si bien existe la posibilidad de que llegue otra tormenta solar al entorno terrestre en las próximas horas, el instituto señaló que se espera que esta sea de menor intensidad y con menos efectos en la tierra. Recordemos que la tormenta solar severa que inició el pasado 10 de mayo tuvo una duración de más de 39 horas.
Por qué se vieron auroras boreales en México
Una tormenta solar se produce cuando el Sol libera una cantidad significativa de plasma y radiación compuesta por partículas cargadas, que al alcanzar el campo magnético terrestre, provocan distintos efectos sobre el planeta.
En esencia, debido a la intensa actividad solar, la interacción entre las partículas emitidas por el Sol y la atmósfera terrestre aumenta. Esto impide que todas las partículas sean dirigidas exclusivamente hacia los polos, permitiendo así que las auroras boreales sean visibles en otras regiones más alejadas de estos, tal como ocurrió en el caso de México.
Las siguientes son algunas de las imágenes del fenómeno captadas por medios y ciudadanos.
Qué es una tormenta solar
Una tormenta geomagnética es una perturbación temporal en el magnetosfera terrestre causada por una onda de choque solar y/o nube de viento solar que interacciona con el campo magnético de la Tierra. Este fenómeno se asocia generalmente con las llamaradas solares, las eyecciones de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés) o los agujeros corona en el Sol, que liberan grandes cantidades de partículas cargadas y energía hacia el espacio. Cuando estas partículas llegan a la Tierra, pueden provocar alteraciones intensas y extensas en el campo magnético terrestre.
La escala de intensidad de las tormentas geomagnéticas varía, y sus efectos pueden ser observados a diferentes niveles:
Interferencias en las comunicaciones: Las tormentas geomagnéticas pueden afectar las señales de radio, especialmente en las frecuencias altas, lo que dificulta la comunicación por radio a larga distancia y las transmisiones de señales de GPS, afectando la navegación.
Daños en satélites: Las partículas energéticas pueden dañar los circuitos electrónicos de los satélites y afectar sus sistemas de orientación, reduciendo su vida útil o incluso desactivándolos temporalmente.
Redes eléctricas afectadas: Las corrientes geomagnéticamente inducidas, generadas por las variaciones del campo magnético, pueden fluir a través de la red eléctrica, provocando sobrecargas y daños en transformadores y otras infraestructuras críticas.
Auroras: Uno de los efectos más conocidos y visualmente impresionantes de las tormentas geomagnéticas son las auroras boreales y australes, que ocurren cuando las partículas solares colisionan con la atmósfera terrestre cerca de los polos magnéticos, iluminando el cielo con brillantes colores.
La predicción y el monitoreo de las tormentas geomagnéticas son campos activos de investigación, ya que una mejor comprensión de estos eventos puede ayudar a mitigar su impacto en la tecnología moderna y las infraestructuras críticas.
