Se acabarán los queda bien o habrá más como ellos / Por JHAD

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Ha terminado el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador con un sinfín de interpretaciones sobre su gestión durante los últimos seis años.

Para ello habrá espacio de sobra. Los juicios llegarán implacables y será el tiempo quien coloque al tabasqueño en el lugar que merece.

Se va un personaje con una personalidad muy atractiva y populachera. Un hombre con un encanto especial que cautivó a sus seguidores y perturbó a sus múltiples detractores.

Y ojalá se vayan con él, esos terribles personajes que le sirvieron de escudo y vocería durante todo su sexenio. Hombres y mujeres que, tuvieron la suerte de estar en el lugar y espacio exacto para ser protagonistas.

Cobijados por el séquito de López Obrador, estos individuos lograron ser reconocidos porque se les permitió hacer de las mañaneras una tribuna para lavarle la cara al presidente.

Siempre en primera fila, aplaudían cual seguidores de un equipo de futbol las ocurrencias del primer mandatario, quien sintiéndose arropado por sus fans, lanzaba fuego de su boca en contra de los que estuvieran en contra de él.

Olvidándose del quehacer periodístico, este grupo de aplaudidores, pudo escalar los umbrales de la conferencia matutina para desviar la atención del público interesado en conocer el estado de salud que guardaba la República en voz del presidente.

Nunca nadie de ellos se atrevió a cuestionar con valor al tabasqueño. Solo elogios y más elogios. Todo con la complacencia del mandatario quien, devolviendo el favor, les dedicaba el título de grandes profesionales del periodismo. Toda una farsa.

No es necesario decir nombres, pero son muy notorios los sujetos que le dieron muy poca seriedad al periodismo mismo, y por supuesto a la realidad del país.
Hoy son prósperos youtuberos que cobran por entrevistas y mediocres opinantes que supieron sacarles provecho a sus seis años de estrellas de televisión.

Urge que se vayan. Está claro que si el primer círculo de la nueva presidenta, se descuida, estos oportunistas estarán listos para hacerle la barba a Claudia Sheinbaum todas las mañanas. Urge cambiar la estrategia de comunicación. Urge elevar la calidad de los informadores.

Confiamos en que la presidenta de México tome cartas en el asunto y no repita las mismas mañas informativas de su antecesor.

La seriedad y el profesionalismo de Claudia Sheinbaum no merecen tener individuos que hagan de la comunicación un juego, un juego donde lo más importante es el quedar bien con el poder.

Falta poco tiempo para que nos empecemos a dar cuenta de lo que ocurrirá en las mañaneras de Claudia Sheinbaum. La pregunta obligada es: Se acabarán los queda bien o habrá más como ellos.