México debe fortalecer su relación con China para diversificar su economía: Deloitte / Por Alicia Valverde

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En los últimos 25 años, el déficit comercial de México con China ha crecido más de 46 veces; la mayor parte de las importaciones están relacionados con la industria exportadora, lo que permite a México exportar bienes con un mayor valor agregado, dice la firma

Ante el surgimiento de nuevos poderes, especialmente de China, cuyo PIB superó al de Estado Unidos en 2024, medido con dólares ajustados por poder paridad de compra, éste último ha reaccionado imponiendo aranceles a México, Canadá y al país asiático para mantenerse como una potencia hegemónica, e incluso, ha lanzado su eslogan “Make America Great Again”, revela un reporte de Deloitte.

La firma destaca que el crecimiento acelerado que ha tenido China desde la década de 1980, con las reformas modernizadoras de Deng Xiaoping y un marcado auge gracias a su integración a la red global de comercio a inicios del nuevo milenio, lo que ha provocado que, en los últimos años, la nación asiática haya estrechado lazos con Latino América y el Caribe y desplazado a Estados Unidos como abastecedor de productos de la región.

Así, agrega, mientras en el año 2000, China solo contribuía con el 4.0% de los productos importados por la región, Estados Unidos participaba con el 26%; sin embargo, para 2023, la estadística se había emparejado, pues China subió hasta el 18%, mientras que Estados Unidos cayó al 22%.

“En el proceso, las exportaciones chinas a la región han crecido más de 18 veces y el país se ha convertido en el principal socio comercial de algunas economías de la región, incluyendo a Brasil, Chile y Perú”, destaca el reporte Econosignal.  

Alcanzan 20% importaciones de China

Algo parecido sucede con la inversión, explica, aunque las cifras precisas son difíciles de calcular, China ha incrementado notablemente su presencia y ha apoyado proyectos clave de infraestructura, como el recién inaugurado puerto de Chancay, en Perú -que reducirá en 30% el tiempo de traslado de mercancías entre China y Sudamérica-o la planta de producción de BYD-principal competidor de varias automotrices estadounidenses-en Brasil, que comenzó a construirse en marzo de 2024.

En el caso de México, dice la firma, la tendencia es parecida, pues en el año 2000 solo el 1.7% de las importaciones mexicanas provenían de China, mientras que en 2023 la cifra ascendió a 19.1% del total y las cifras acumuladas de 2024 indican que el porcentaje ha subido hasta 20.6%.

En términos de balance, el déficit comercial de México con China ha crecido más de 46 veces desde el año 2000. Lo opuesto ha sucedido en la relación comercial con Estados Unidos, pues el país ejercía una posición dominante al ser el origen del 73.1% de las importaciones mexicanas, mientras que, en 2024, aunque sigue siendo el principal socio, la participación ha caído hasta 40.3%.

En el caso de las exportaciones, en el año 2000, el 88.7% de las exportaciones mexicanas iban dirigidas a Estados Unidos, mientras que en 2024 la cifra bajó a 80.1%.

En tanto, las importaciones procedentes de China han ido al alza, particularmente las importaciones de vehículos, que han crecido más de 200 veces en los últimos 20 años, mientras que las de aluminio han aumentado más de 1,000 veces. Para controlar éstas últimas, México impuso un arancel de 10% en julio de 2024; las importaciones de vehículos no han enfrentado restricciones significativas y, desde 2022, han sido grandes protagonistas del mercado mexicano.

Alrededor de 66.5% de las ventas internas de automóviles consisten de vehículos importados, siendo China uno de los protagonistas con una participación de mercado del 20.2% en 2024.

Más del 75% de los productos traídos de China son bienes intermedios

El grueso de las compras a China se compone de máquinas y aparatos material eléctrico, teléfonos, incluidos teléfonos celulares, equipo de oficina, material de transporte, automóviles, aluminio y manufacturas; lo que refleja la integración de la industria asiática con las cadenas globales de valor establecidas en el país.

“Para 2024, más del 75% de los productos de la sección de maquinaria y aparatos, así como del total de las importaciones, según algunas estimaciones, son bienes intermedios.

“Es importante resaltar que la mayor parte de las importaciones desde China están relacionados con la industria exportadora mexicana de manera que, aunque visto individualmente el desequilibrio puede percibirse como preocupante, en conjunto, dichas importaciones permiten que México exporte bienes con un mayor valor agregado.

Lo anterior deja ver que déficit comercial con China y el superávit con Estados Unidos están íntimamente ligados y determinados por la composición estructural de los sistemas de producción.

Incluso, buena parte de las importaciones desde China son realizadas por empresas globales, como es el caso de General Motors, que se ha consolidado como el principal importador de vehículos en México y representa más de 50% de la importación total desde el país asiático.

Respecto a la inversión extranjera china se concentra en los sectores de movilidad, en algunos proyectos aislados relacionados a la manufactura automotriz en la región norte y en la generación de energía en el sur.

CDMX, concentra la mayor inversión china  

Tan solo en 2024, la CDMX ha sido la entidad que concentra la mayoría de los flujos gracias a proyectos como la remodelación de la Línea 1 del Metro o la renovación de la flota de trolebuses y autobuses eléctricos.

Desde diferentes perspectivas, la interacción entre México y China aún es discreta en comparación con la que se sostiene con otros países, como Estados Unidos. Sin embargo, el acercamiento entre las dos naciones es evidente –especialmente en materia comercial-.

A finales de noviembre, México anunció una serie de medidas, incluyendo aranceles sobre algunas importaciones chinas, que dejan ver que México buscará proteger la integración en Norteamérica y las industrias locales, lo cual tiene todo el sentido económico en el corto y mediano plazo. Sin embargo, es probable y sano que la relación de México con China siga fortaleciéndose en el largo plazo, para lograr una mayor diversificación económica.