Aprueba Senado reforma para privilegiar empresas energéticas públicas

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Redacción

El Senado de México aprobó este jueves una reforma energética del oficialismo para privilegiar a las empresas del Estado, Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), para que tengan prioridad sobre las privadas en la generación y el despacho de energía.

En una sesión que se prolongó hasta la madrugada, los senadores avalaron con 86 votos a favor, 39 en contra y una abstención, la reforma para dejar de considerar “empresas productivas del Estado” a Pemex y CFE, que ahora serán “empresas públicas” para no “competir en el mismo nivel que todas las privadas”.

La reforma constitucional, propuesta por el expresidente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), revierte en parte la reforma energética del Gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018) que abrió el sector a la inversión privada y obligó a Pemex y CFE a competir en condiciones más equitativas con los particulares.

“Da pasos firmes para la recuperación de la soberanía energética, con lo que se revierten los cambios que se realizaron con la reforma energética de 2013, que lo único que pretendía era desmantelar a Pemex y CFE”, argumentó la senadora Laura Castillo, del gobernante Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

La reforma, aprobada la semana pasada en la Cámara de Diputados y que ahora deben avalar los congresos estatales, ha encendido alertas ante la próxima revisión en 2026 del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que rechaza que haya un trato especial a empresas nacionales.

Pero la presidenta, Claudia Sheinbaum, ha asegurado que “se respetan” todos los contratos actuales y que habrá mesas de trabajo para que “se entienda cómo pueden participar y en dónde pueden participar” los inversionistas privados.

La modificación establece que la CFE generará el 54 % de la electricidad nacional sin considerarse un monopolio, y obliga al Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) a despachar primero la energía producida en plantas de la empresa del Estado, aunque sea más cara y contaminante que la de privados.

“La reforma es regresiva, contaminante y obsoleta, entre otros factores, por omitir la transición a combustibles limpios”, denunció en la discusión Clemente Castañeda, senador del opositor Movimiento Ciudadano (MC).