Redacción
La Secretaría de Salud de la Ciudad de México (SEDESA), junto con la Agencia de Protección Sanitaria (AGEPSA), ha emitido una serie de recomendaciones para el manejo y eliminación apropiada de medicamentos caducos. Los nuevos cambios buscan prevenir daños a la salud pública y mitigar el impacto ambiental negativo que resulta del desecho inadecuado de estos productos. Estos protocolos se enfocan en la importancia de no arrojar medicinas vencidas en la basura doméstica, drenajes, o cuerpos de agua, evitando así la contaminación y posibles riesgos a la flora y fauna.
Según SEDESA, los medicamentos deben ser desechados en contenedores especiales, diseñados para contener residuos farmacéuticos de manera segura, los cuales están disponibles en farmacias y centros de salud a lo largo de la la Ciudad de México. La intención es evitar que estos productos caducados permanezcan en los hogares donde podrían ser consumidos por error, lo que podría causar reacciones adversas. Estos puntos con los contenedores garantizan una eliminación segura y están listados en este enlace para facilitar a los ciudadanos localizar el más cercano.
¿Dónde almacenar los medicamentos?
Además, AGEPSA acentúa que los medicamentos no sólo deben almacenarse lejos del alcance de elementos que puedan comprometer su integridad, como alimentos, bebidas alcohólicas, y productos de tabaco, sino también en sitios con adecuada ventilación para prevenir el deterioro por calor excesivo, vapor o acumulación de polvo. Esta instrucción busca prevenir la deterioración prematura de los fármacos y asegurar que mantengan su efectividad hasta el momento de su uso o desecho apropiado.
SEDESA recuerda a la población la importancia de seguir las indicaciones médicas en cuanto al consumo de medicamentos, resaltando que el uso indebido o sin prescripción puede llevar a riesgos significativos para la salud. Este llamado a la conciencia ciudadana forma parte de un esfuerzo más amplio para promover prácticas responsables en el manejo de medicamentos, contribuyendo así a la salud pública y al bienestar ambiental.
Uno de los factores a considerar para prevenir efectos negativos es el calor extremo. La Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA) alerta sobre los riesgos que el calor extremo puede suponer para la estabilidad de diversos medicamentos, destacando que las alteraciones químicas provocadas por altas temperaturas podrían derivar en efectos adversos en los pacientes. Entre los fármacos más susceptibles a estas alteraciones se encuentran la insulina, los antidepresivos y los antibióticos, de acuerdo con investigaciones de la Facultad de Medicina Baylor.